UN DIÁLOGO CON DIOS ACERCA DEL FIN DEL MUNDO

UN DIÁLOGO CON DIOS

ACERCA DEL FIN DEL MUNDO

ERLING CALKINS

 

 




Señor, he oído muchos rumores acerca del fin del mundo; algunos dicen que el sol lo quemará; otros, que lo destruirá la fisión o la colisión con alguna estrella errante. ¿Qué dices tú?
“Generación va y generación viene; mas la tierra siem­pre permanece. Eclesiastés 1:4.

Me siento aliviado al oír eso. ¿Continuará el mundo en su estado actual por toda la eternidad?
“…el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual… la tierra y las obras que en ella hay serán quema­das”. 2 S. Pedro 3:10.
2 Pedro 3:10

Señor, si la tierra va a ser quemada, ¿cómo podrá continuar para siempre? ¿No es ésta una contradicción?
“…y los elementos ardiendo serán deshechos… Pero noso­tros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia”. 2 S. Pedro 3:10, 13.

Nota: El fuego no destruye la materia; simplemente modifica su forma. Dios volverá a crear un nuevo mundo a partir de los elementos del mundo actual. La palabra cielos que se usa aquí significa aire o atmósfera. Véanse Isaías 55:10 donde se mencionan lluvia y nieve que caen “de los cielos”, y Apocalipsis 19:17, que se refiere a “las aves que vuelan en medio del cielo”. Este no es el “tercer cielo”, donde se dice que está el trono de Dios. (2 Corin­tios 12:1-4; Salmo 103:19, 1 Reyes 8:27).

¿Significa esto que se terminará la vida en este planeta?
“Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra… no la creó en vano, para que fuese habitada la creó”. Isaías 45:18.

¿Quiénes habitarán la nueva tierra?
“Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad”. Mateo 5:5 “Los justos heredarán la tierra, y vivirán para siempre sobre ella”. Salmo 37:29.


 
¿Vivirán todos los habitantes del mundo en la tierra renovada?
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”. S. Mateo 7:21.

Señor, ¿por qué planeas destruir el mundo y hacer uno nuevo?
“Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno… por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres”. Isaías 24:5, 6.
Nota: El fuego es un poderoso agente puri­ficador. El fuego del día final limpiará la tierra del pe­cado, y de los que aman el mal y lo perpetúan. De esto modo se eliminarán para siempre todas las penas, las enfermedades y los sufrimientos causados por el pecado.

Señor, cuando pienso en el fin del mundo, me lleno de temor. ¿Cómo podremos sobrevivir en medio de todo ese fuego?
“No se turbe vuestro corazón: creéis en Dios, creed tam­bién en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a pre­parar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mi mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”. S. Juan 14:1-3.

¿Dónde estás tú, Señor? Sé que hace unos dos mil años estabas en este mundo, pero ¿a dónde fuiste a preparar un lugar para nosotros?
‘‘Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios”. S. Marcos 16:19.
Nota: Este es el “tercer cielo”, el lugar donde está el trono de Dios.

Cuando los salvados lleguen al cielo y a tu presencia, Señor, ¿recibirán alguna recompensa?
“Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en “los cielos..”. S. Mateo 5:12. “Para una herencia incorrup­tible, incontaminada e inaccesible, reservada en los cielos para vosotros”. 1 S. Pedro 1:4.

¿Qué clase de lugar has preparado para tus hijos, en el cielo?
“Pero anhelaban una (herencia) mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad”. Hebreos 11:16.
Nota: El nombre de la ciudad es Jerusalén la celes­tial (Hebreos 12:22). La hermosura, las maravillas y la realidad del ciclo se describen en el folleto “Un diálogo con Dios acerca de nuestro futuro”.


 
¡Señor, esto es maravilloso! ¿Cuándo puedo ir allá?
“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de ar­cángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arre­batados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”. 1 Tesalonicenses 4:16, 17.

No comprendo bien. Si cuando tú vuelvas nos llevarás al cielo, ¿cuándo viviremos en la tierra nueva?
“Los mansos heredarán la tierra… cuando sean destrui­dos los pecadores, lo verás”. Salmo 37:11, 34.

¿Por cuánto tiempo vivirán los redimidos contigo en el cielo antes de ser llevados a vivir a la nueva tierra?
“Y reinarán con él mil años”. Apocalipsis 20:4-6.

¿Qué sucederá al fin de los mil años? ¿Cuándo serán destruidos los malvados?
“Cuando los mil años se cumplan. Satanás será suelto de su prisión... Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego... Y el que no se halló inscrito en el li­bro de la vida fue lanzado al lago de fuego... Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la pri­mera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido”. Apocalipsis 20:7, 10,15; 21:1, 2.

Ahora bien, Señor; cuando tú vengas ¿lo sabrá todo el mundo?
“He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá…”. Apocalipsis 1:7.

Alguien ha dicho que tu venida será secreta, y que te verán únicamente los que se salven. ¿Es esto cierto?
“Así que, si os dijeren: Mirad, está en... los aposentos, no lo creáis. Porque como el relámpago que sale del orien­te y se muestra hasta el occidente, así será también la ve­nida del Hijo del hombre”. S. Mateo 24:26, 27.
Nota: Es el “tiempo” y no la “manera” de la venida de Cristo, lo que constituye un secreto.

¿Serás tú real, tal como lo eras hace casi dos mil años, o es tu venida un acontecimiento espiritual que ocurre en el momento de la conversión o la muerte?
“…Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cie­lo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”. Hechos 1:11.

 
Nota: Jesús tenía un cuerpo real, de “carne y hue­sos”. Comió “parte de un pez asado, y un panal de miel”, después de su resurrección. (S. Lucas 24:36-51). Cuando vuelva, será tan real y visible como lo era entonces.

¿Constituye una doctrina nueva esta creencia en tu se­gunda venida?
“De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas docenas de millares”. S. Judas 1:14.

Nota: La venida del Señor y la restauración del mundo perfecto han constituido la es­peranza del pueblo de Dios a través de los siglos. Escu­chemos el testimonio de algunos personajes bíblicos:
JOB: “Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a mi Dios; al cual veré por mi mis­mo, y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mi corazón desfallece dentro de mí”. Job 19:25-27.

DAVID: “Vendrá nuestro Dios, y no callará; fuego con­sumirá delante de él, y tempestad poderosa le rodea­rá... Por cuanto Jehová habrá edificado a Sion, y en su gloria será visto”. Salmo 50-3; 102-16.
SAN PEDRO: “Y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado, a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profe­tas que han sido desde tiempo antiguo”. Hechos 3:20, 21.
SAN PABLO: “Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salva­dor Jesucristo”. Tito 2:13.
LOS ÁNGELES: “…Este mismo Jesús, que ha sido tornado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”. Hechos 1:11.
EL MISMO SEÑOR JESÚS: “…Vendré otra vez”… S. Juan 14:3.

Esta es verdaderamente una “esperanza bienaventurada”. Me gustaría saber el momento de tu venida, con el fin de asegurarme de que estaré listo.
“Pero el día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre... Por tanto, también voso­tros estad preparados; porque el Hijo del hombre vendrá a la hora que no pensáis” S. Mateo 24:36, 44.

¿Podremos saber cuándo tu venida se acerca?
“Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundi­das... desfalleciendo los hombres por el temor y la ex­pectación de las cosas comiencen a suceder, erguíos y le­vantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca”. S. Lucas 21:25-28.

 
¡Pero muchas de estas cosas sucedieron hace mas de cien años, y todavía no has venido!
“…En los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación”. 2 S. Pedro 3:3, 4.

Si, eso mismo es lo que dicen. ¿Cómo puedo contestar sus acusaciones?
“No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande ga­lardón; porque os es necesaria la paciencia, para que ha­biendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará”. Hebreos 10:35-37.

¿Existe algún acontecimiento definitivo que podamos to­mar como señal, algo que deba suceder poco antes de tu venida?
“Y será predicado este Evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. S. Mateo 24:14.

¿Seguramente, el fin debe estar muy cercano. ¿Cómo puedo asegurarme de que siempre estaré listo?
“Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra…”. S. Lucas 21:34-36.

Pero, Señor, si dejo que la gente sepa, que estoy esperando tu segunda venida, temo que me ridiculizarán y me llama­rán anticuado.
“Porque el que se avergonzare de mi y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles”. S. Marcos 8: 38.

No me siento avergonzado de ti, Señor. Es que no deseo parecer tonto o ignorante. Hay muy pocos profesores y predicadores que creen en tu segunda venida.
“¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?... Pues mirad, hermanos, vues­tra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte”. 1 Corintios 1:20, 26, 27.


 
Sí, Señor, eso es verdad. Pero tengo planes ambiciosos y temo que tu pronta venida me los pueda, desbaratar.
“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a si mis­mo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará el hom­bre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” S. Mateo 16:24-26.

Perdóname por dudar. No deseo perderme. Me pregunto cómo se sentirán los burladores cuando te vean venir.
“Entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y ve­rán al Hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria”. S. Mateo 24:30. “Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los po­derosos y todo siervo y todo libre se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie”. Apocalipsis 6:15 -17.

¿Qué sentimientos embargarán a los redimidos? ¿Cómo ac­tuarán ellos?
“Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado”. S. Juan 14:28. “‘Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra, porque Jehová lo ha dicho. Y se dirá en aquel día: He aquí, este es nues­tro Dios, lo hemos esperado, y nos salvará; este es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegrare­mos en su salvación”. Isaías 25:8, 9.

¡Gracias, Señor, por la alegría y la esperanza que me has dado hoy!
“El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve…”. Apocalipsis 22:20.