UN DIÁLOGO CON DIOS ACERCA DE NUESTRO FUTURO

UN DIÁLOGO CON DIOS

ACERCA DE NUESTRO FUTURO

ERLING CALKINS

 


Señor, estoy preocupado y temeroso con el futuro. ¿Qué ha de sucedernos? ¿Qué sucederá con mis inversiones? ¿Qué pasará en la próxima guerra? También le temo a la muerte.
“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed tam­bién en mí”. S. Juan 14:1.

Sí, creo en Dios, ¿pero cómo puede eso ayudarme?
“Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”. Proverbios 3:5,6.

Señor, ¿sabes tú todo lo que se refiere al futuro? ¿Estás verdaderamente interesado en mí?
“Hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al Rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días”. Daniel 2:28. Todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta”. Hebreos 4:13. “Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues”. Lucas 12:7.

Dime entonces si el futuro me reserva felicidad. ¿Vale la pena vivir?
“Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido”. 1S. Juan 1:4. “Estas cosas os he hablado para que en mi tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción: pero confiad, yo he vencido al mundo”. S. Juan 16:33.

¿Qué cosas Señor? ¿Qué es lo que nos traerá gozo y paz tanto a mí como a mi familia?
“El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño; apár­tese del mal, y haga el bien; busque la paz y sígala”. 1S. Pedro 3: l0,11.

¿Quieres decir que nuestra felicidad futura depende de nuestra conducta? Había oído que el futuro está determi­nado por la suerte y que está regulado por las estrellas y que nada que hagamos lo podrá cambiar.
“Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; más el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida
eterna. No nos cansemos, pues, de ha­cer bien; porque en su tiempo segaremos, si no desmaya­mos”. Gálatas 16:7-9. “Decid al justo que le irá bien, por­que comerá del fruto de sus manos. ¡Ay del impío! Mal le irá, porque según las obras de sus manos le será pa­gado”. Isaías 3: 10, 11.

No veo que los que sirven a Dios tengan muchas recom­pensas. Hasta parecen sufrir más que otros. ¿Cuál es su esperanza?
“Pero le será recompensado en la resurrección de los jus­tos”. S. Lucas 14:14. “Para una herencia incorruptible, in­contaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, qué sois guardados por el poder de Dios me­diante la fe, para alcanzar la salvación que está prepara­da para ser manifestada en el tiempo postrero. En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiem­po, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas”. 1 S. Pedro 1:4-6.

Pero también tenemos que preocuparnos de vivir en este mundo, mientras llega esa herencia. No es que lo quiera todo; solo un nivel razonable de vida y cierta seguridad económica y social para mi familia.
“No nos afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?... Nuestro Padre celestial sa­be que tenéis necesidad de todas estas cosas. Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. S. Mateo 6:31-33. “Gracia y glo­ria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad”. Salmo 84:11.

¿Quieres decir que podemos ser felices en este mundo y obtener además la vida eterna?
“Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos”. “Bienaventurado serás, y te irá bien”. Salmo 128:1,2. “Recibirá cien  veces más y heredará la vida eterna”.     S. Mateo 19:29.

¿Qué, inversión sabia podría hacer un cristiano que desea su seguridad futura?
“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí también estará vuestro co­razón”. S. Mateo 6:19-21.

¿Cuál será el futuro de mi país?
“La justicia engrandece a la nación; mas el pecado es la afrenta de las naciones”. Proverbios 14:34.


Las cosas no se ven muy bien. ¿Mejorarán o empeorarán la moral y la honradez del mundo?
“Mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados”. 2 Timoteo 3:13.

Pero, Señor, al parecer los malvados prosperan y lo pa­san muy bien en esta vida.
“No te entremetas con los malignos, ni tengas envidia de los impíos; porque para el malo no habrá buen fin”. Pro­verbios 24:19,20. “Aunque el pecador haga mal cien veces, y prolongue sus días, con todo yo también sé que les irá bien a los que a Dios temen... y que no le irá bien al impío”. Eclesiastés 8:12, 13.

¿Qué les reserva el futuro a los malvados?
“Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad”. Isaías 13:11. “Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida”. 2 Tesalonicenses 2:8.

¿Cuándo sucederá esto? ¿Están siendo castigados los mal­vados ahora mismo por sus pecados?
“Sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y re­servar a los injustos para ser castigados en el día del jui­cio”. 2 S. Pedro 2:9.

El juicio sucede al fin del mundo. ¿Será entonces cuando recibirán su castigo?
“De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será y el fin de este siglo. Enviará el Hijo del hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniqui­dad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. Entonces los justos resplan­decerán como el sol en el reino de su Padre”. S. Mateo 13:40-43. (Véase también el Tratado titulado “Un diálogo con Dios acerca del fin del mundo” que está disponible en nuestro sitio).

Por cierto que deseo pertenecer a los justos. ¿Cómo pue­de uno evitar la suerte de los malvados?
“Para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”. S. Juan 3:16.

¿Puede una persona que no haya sido salva escaparse del fuego destructor?
“He aquí que serán como tamo, fuego los quemará, no salvarán sus vidas del poder de la llama”. Isaías 47:14.



¿Será verdadero el fuego, o se trata de lenguaje figurado?
“Y los pueblos serán como cal quemada, como espinos cortados serán quemados con fuego... Y sus arroyos se convertirán en brea, y su polvo en azufre, y su tierra en brea ardiente”. Isaías 33:12; 34:9.

¿Arderá todo el mundo o  el fuego estará confinado a un lugar reducido?
“Pero el día del Señor vendrá como ladr6n en la noche; en el cual los ciclos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay y serán quemadas”. 2 S. Pedro 3:10.

¿Por cuanto tiempo estarán los malvados recibiendo su castigo de fuego?
“Porque la paga del pecado es muerte”. Romanos 6:23, “Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán es­topa; aquel día que, vendrá los atrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará raíz ni rama”. Malaquías 4:1. El fin de los malvados será la “muerte”, de ningún modo sufrirán tormentos eternos en el infierno. La expre­sión bíblica “para siempre”, denota la naturaleza, perma­nente de su destrucción, pero no implica que el proceso de destruirlos vaya a durar para siempre. No hay manos humanas que puedan apagar el fuego “eterno”, pero cuan­do el pecado y los pecadores hayan sido consumidos, el fuego se apagará por sí mismo.

¿Qué quedará, una vez que los malvados sean destruidos?
“Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos”. Malaquías 4:3. “Mas los impíos perecerán, y los enemigos de Jehová cómo la grasa de los carneros serán consumidos, se disiparán como el humo”. “Pues de aquí a poco no existirá el malo; observarás su lugar, y no estará allí”. Salmo 37:20,10.    

¿Qué sucederá con los elementos que componen este mun­do, además del humo y las cenizas, etc.? ¿Dejarán de existir?
“Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nue­vos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia”. 2 S. Pedro 3:13.

¿Vivirán los redimidos en la nueva tierra?
“Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tie­rra, y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. Más os gozaréis y os alegraréis para siem­pre en las cosas que yo he creado, porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo… Edifica­rán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma, porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos”. Isaías 65:17-22.


¿Como será el aspecto de los redimidos?
“Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oí­dos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará co­mo un ciervo, y cantará la lengua del mudo”. Isaías 35:5,6.

¡Es maravilloso pensar que nunca se enfermarán ni mo­rirán! ¿Sentirán cansancio alguna vez?
“Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas, correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”. Isaías 40:31.

¿Se sentirán alguna vez tristes o solitarios?
“Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido”. Isaías 35:10.
                                                                 
¿Qué sucederá con sus hijos? ¿Estarán ellos también allí?
“Dejad a los niños venir a mi, y no se lo impidáis; por­que de los tales es el reino de los cielos”. S. Mateo 19:14. “No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos, de Jehová y sus des­cendientes con ellos”. Isaías 65:23.

¿Reconoceremos allí a nuestros amigos y parientes?
“Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces ve­remos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero enton­ces conoceré como fui conocido”. 1 Corintios 13:12.

¿Habrá animales también allí?
“Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el ca­brito se acostará; el becerro y el león y la bestia domés­tica andarán juntos, y un niño los pastoreará... El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá pa­ja como el buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo mon­te, dijo Jehová”. Isaías 11:6. 7; 65:25.

¿Habrá también árboles y flores?
“Cambiará su desierto en paraíso, y su soledad en huerto de Jehová; se hallará en ella alegría y gozo, alabanza y voces de canto: En lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán”. Isaías 51:3; 55:13.

¿Cuán maravilloso irá a ser ese lugar? ¿Qué más atraerá y encantará a tus hijos en la vida futura?
“Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en co­razón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman”. 1 Corintios 2:9.


¡Gracias, Señor! ¡Eres un Dios maravilloso! ¿Nos será permitido allí verte y estar contigo?
“Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y El morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron”. Apocalipsis 21:3,4.

¿De qué manera seremos librados de dolor, enfermedad y muerte?
“Después me mostró un río limpio de agua de vida, res­plandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones”. Apocalipsis 22:1, 2.

¿Cuándo sucederá todo esto? ¿Puedo ir allá ahora mismo?
“En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lu­gar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”. S. Juan 14:2,3.

Esta venida tuya, ¿será un acontecimiento espiritual en el momento de la conversión o de la muerte, o se refiere a su segunda venida en gloria?
“Cuando el hijo del Hombre venga en a su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las na­ciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, he­redad el reino preparado para vosotros desde la funda­ción del mundo”. S. Mateo 25:31-34.

¿Es cierto que todas estas maravillosas experiencias po­drán ser mías en el futuro? ¿De veras podré participar de ellas?
“No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están ins­critos en el libro de la vida del Cordero”. Apocalipsis 21:27.

Si es así, entonces me decido a no permitir que nada me separe de ti, Señor. Te ruego que limpies mi corazón de pecado y que escribas mi nombre en tu libro de vida.
“Bien, buen siervo y fiel… entra en el gozo de tu Señor”. S. Mateo 25:23.